A medida que vamos deshaciendo los miedos, vamos ascendiendo en la escalera, pasando del mundo ilusorio al mundo real.
El mundo real es un mundo perdonado. En el mundo real, entendemos que todos los ataques que aparentemente recibimos por parte de nuestros hermanos no son más que demandas de amor (inversión de pensamiento).
A través del perdón avanzado, entendemos que todos somos 1, y que los ataques aparentemente externos son ataques que nos hacemos a nosotros mismo a través del ego proyectado en los demás. En un mundo ilusorio no hay nada que perdonar. Esto deshace el ego (tanto propio como de nuestros hermanos).
El mundo real o mundo perdonado, aunque sigue siendo ilusorio, nos abre las puertas del Cielo.